Para celebrar que es viernes 13, Eneko conjura una sidrería a la que finalmente
se apunta Edu. El plan inicial era echar un mus previo a la sidre pero lo único
que echamos antes fue bebedizos al gaznate.
Asistentes: Rubén, Eneko, Mikel, Johnny, Edu, Nesss
Previo
Pese a quedar a las 19:00, nos juntamos a las 18:30 en el bus rojo 5 de los
6 asistentes. Al bajar del bus, 3 de los
asistentes a la sidrería fliparon cuando vieron que el Maño tenía la tarjeta "única"
de Lurraldebus, mientras que ellos no (aunque dos de ellos son residentes en
Gipuzkoa). El Ekaitz, donde habíamos
quedado, estaba cerrado; Edu y Nesss, que ya llevaban algunos pintxos y tragos
previos, se desmarcan de las cantidades etílicas reinantes en el pueblo y
van a kalimotxos pequeños. Eneko y Mikel, a cañas de cerveza de las de
bucear en ellas. Rubén va sorprendiendo indistintamente con vinos y cocas
alternos (haciendo el kalimotxo dentro del cuerpo). Johnny llama al llegar
para ver dónde estábamos, porque no había casi ninguno de los bares que
propusimos abierto y se apunta a los pozales de birra.
Cuando por fin pudimos llegar al bar en donde quedamos (Ekaitz), nos atiende
Galadriel, especialista en hidromiel, y Johnny sorprende por no saber quién era
ésa. Rubén también despista a Edu cuando éste contaba la historia de
Ojo_de_cristal y los viejos que le acompañaron en Otsua Enea en 2003 y que
acabaron a hostia limpia aquella vez. Eneko al final decide dejar de beber
birra porque no quiere llegar excesivamente borracho a la sidrería (y quiere
probar sidra, vamos).
Sidrería
Doblados, tras el paseíllo a la sidrería, Edu y Nesss deciden no marcar el ritmo
de beber. La sidrería resulta ampliada desde la última visita que hicimos.
Acabamos de las banquetas de nuestra mesa hasta las mismísimas. Los
intentos de colocarlas debajo del banco no fueron bien vistos por las sidreras. Además las dos
parejitas que cenaron al lado nuestro no perdían ocasión en sentarse, menuda juventud.
Aunque al principio incluso se llevaban los bolsos por si acaso, al final la de
las miradas empezó a romper el hielo (y casi a fundir estatuas de bronce, porque
había que aguantar su mirada) y al final uno de ellos acaba Kozinski y no hacía
otra cosa que decir temas improcedentes a nuestro grupo. Tuvieron suerte de que
no probásemos su txuleta cuando se fueron a beber y nosotros nos rompíamos las
manos con las nueces, o fue al revés?
Respecto a la comida, fueron dos tortillas aparentemente francesas (poquísimo bakalao), dos raciones
de bakalao con pimientos verdes muy blanquito y sosito, 3 txuletas (de tamaño normal las dos
primeras y grande la tercera, y no sólo por el tamaño), nueces vascas (de las de
hacer sangre en las palmas de los asistentes), queso y membrillo de sabor xuave.
Dos txotxeros abrían las kupelas, cada uno especializado en una zona, aunque a
veces se intercambiaban. Total, 28 euros cada uno. La sidra se dejaba beber,
pero algunos estuvimos mohinos.
A la vuelta, nos integramos en Astigarraga. Edu reencuentra antiguas
conocidas de cuando la época de la Aeróbica. La cuadrilla ésa estaba
ganosa-ganosilla. En el Irlandés, nos topamos con Aitzol, Roberto y
compañías... Aunque Edu se va del Rosita al Irlandés pasando por el
Ekaitz. Todo tieso, vamos!
Rubén migra a casa el primero. Edu y Nesss son los siguientes en irse de
Astigarraga, no sin despedirse de las dos parejas que cenaron en nuestra
mesa. Ante la sospecha de Johnny de que iban a beber a Hernani y jurarle
que no sería así, acaban visitando a la del Aker y al Haida y después
recenando en Nesss's. Eneko pilla taxi para volver y Johnny y Mikel son
desalojados del irlandés a la hora del cierre y vuelven andando a Johnny's
en una caminata de cerca de una hora y con zanjas asesinas en el camino.
Llegando a casa vieron el bus rojo que circulaba por ahí.
Epílogo
Al día siguiente, Ness y Edu salen a ver si los txakolises amortiguan el efecto de la sidra. Hernani desierto.
Jonnie preguntó días más tarde porqué no lo llamamos a pesar de sus repetidos avisos en la sidrería de que no le
llamaramos bajo ningún concepto.